¿Cómo mejorar la seguridad en centros sociosanitarios? (parte 2)
En el ámbito sociosanitario diversos factores afectan al uso seguro del medicamento: una edad media de los pacientes cada vez mayor, comorbilidad, síndromes geriátricos asociados, la complejidad de tratamiento, nuevos fármacos disponibles, etc... A todos estos aspectos se les suma la participación de distintos profesionales sanitarios en el circuito del medicamento, lo cual multiplica el riesgo de errores de medicación (EM). Por ello, se requieren procedimientos debidamente establecidos y controles de calidad periódicos.
En esta entrada os contaremos nuestra aportación como farmacéuticos de atención a centros sociosanitarios (CSS), tanto en los controles de calidad que realizamos como nuestra participación en la elaboración de algunos de sus protocolos.
1) Revisiones de calidad.
- Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD). Consiste en verificar la correspondencia del contenido de los SPD con la prescripción actualizada. Registramos el número de SPD revisados, el número de incidencias detectadas y el tipo de error encontrado: omisión (olvido/rotura de stock), dosis incorrecta, hora incorrecta, carga de medicamento no prescrito/suspendido e inclusión de medicamentos “si precisa”.Hemos detectado que la revisión sistemática de los SPD ha logrado una disminución progresiva de los EM en la fase de preparación. (Si te interesa pulsa AQUÍ y busca: “La atención farmacéutica especializada en residencias de mayores reduce los errores de medicación en la preparación de sistemas personalizados de dosificación”)
- Cajetines. Son los contenedores donde se almacenan los envases de medicamentos de cada residente. Nuestra labor consiste en verificar que la medicación actualmente prescrita es la que está disponible en el cajetín, y que su identificación y fecha de caducidad son adecuados.
- Botiquines de urgencia. El enfermero responsable realiza una revisión mensual de existencias y caducidades. Nosotros realizamos un check-list de calidad trimestral (cajetines correctamente identificados, correcto almacenamiento de medicamentos fotosensibles y termosensibles, stock inferior al mínimo pactado…) y nos encargamos de realizar el pedido de la medicación.
- Estupefacientes. Realizamos revisiones periódicas, al menos mensuales, verificando un correcto control de existencias y movimientos. Medimos el número de estupefacientes revisados y % de incidencias.
2) Protocolos.
Medicación para atención urgente.
Se elaboró el protocolo que garantizara la accesibilidad y la gestión de la medicación urgente en los CSS. Fue clave el establecimiento de un circuito de provisión a través del Servicio de Farmacia de la Gerencia de Atención Primaria, quien a su vez, distribuye a todos los centros de salud de la Comunidad de Madrid. (Para ampliar pulsa AQUÍ y busca: “Coordinación interniveles para la optimización de la atención urgente a centros sociosanitarios”).

Hospitalización a domicilio.
Se estableció un circuito para dar respuesta farmacológica a residentes hospitalizados clínicamente estables que podían trasladarse al CSS bajo unos cuidados específicos, o aquellos que, estando en el CSS podían evitar el ingreso hospitalario, y beneficiarse de recibir tratamiento de uso hospitalario en el CSS. Es preciso que exista un acuerdo entre el médico del hospital y el médico del CSS, así como un consentimiento informado del usuario/tutor. Este procedimiento, que en muchas de los ocasiones involucra un antimicrobiano domiciliario intravenoso, acorta o evita ingresos hospitalarios y los eventos adversos derivados de los mismos como desorientación o infecciones por gérmenes multirresistentes. (DE nuevo, pulsa AQUÍ para ampliar, y busca: “Coordinación interniveles para la optimización de la atención en centros sociosanitarios a través de la hospitalización a domicilio”).
Control de estupefacientes.
Previamente a la protocolización, existían hojas de registro de estupefacientes propias en cada centro, registros erróneos y carencias en la custodia de psicótropos y estupefacientes. Tras su implantación se ha detectado una mejora en la praxis de los distintos profesionales, así como en el registro de movimientos.
Otros protocolos: uso racional de medicamentos, contrastación térmica y control de temperatura, incontinencia urinaria, etc.
Con todo esto, ¿qué estamos logrando?
- Mejor calidad en los procesos y aumento de la seguridad de los residentes.
- Mejora en la disponibilidad de medicamentos.
- Mejora en el cumplimiento de las auditorías internas y externas.
- Mejora en la comunicación interniveles.
Sin duda, estos avances no serían posibles sin el acuerdo, el apoyo y la implicación directa de ambas Consejerías.
Agradecimiento especial a los coordinadores y trabajadores de la Agencia Madrileña de Atención Social de la Consejería de Políticas Sociales y Familia y de la Subdirección de Farmacia y Productos Sanitarios de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.